Venecia es un lugar que parece sacado de un sueño. Sus calles estrechas, sus palacios reflejados en el agua y el inconfundible sonido de las góndolas deslizándose por los canales la convierten en un destino único.







No importa cuántas veces la hayas visto en fotos o películas, nada te preparará para la sensación de perderte en su laberinto de calles adoquinadas. Si estás planeando una escapada, aquí tienes algunas recomendaciones para vivirla al máximo.
Los imprescindibles de Venecia
La Plaza de San Marcos es el punto de partida perfecto
Rodeada por la majestuosa Basílica de San Marcos y el imponente Palacio Ducal, es el corazón de la ciudad. Desde aquí, basta con un paseo en vaporetto por el Gran Canal para entender por qué Venecia enamora a todos los que la visitan. Si prefieres un punto de vista más clásico, sube a una góndola y deslízate por sus angostos canales mientras el gondolero entona alguna melodía tradicional.
Para los que buscan una experiencia más auténtica, nada como perderse en los mercados locales y explorar barrios como Cannaregio, donde el bullicio turístico se diluye y la vida cotidiana se muestra en su esplendor. Y por supuesto, ningún viaje estaría completo sin visitar Murano y Burano, dos islas cercanas donde el arte del vidrio soplado y los encajes tradicionales siguen cautivando con su belleza.
Sabores venecianos
Venecia no solo se ve, también se saborea. Desde unos sarde in saor, sardinas marinadas en cebolla y vinagre, hasta un buen plato de bigoli in salsa, una pasta con anchoas y cebolla, la gastronomía veneciana es un placer para el paladar. No olvides probar el risotto al nero di seppia, hecho con tinta de sepia, o darte un capricho con un tiramisú auténtico en alguna trattoria escondida.
Por la tarde, una parada obligada es una bacari, las tradicionales tabernas venecianas donde podrás degustar cicchetti, pequeños bocados acompañados de una copa de vino local. Ideal para reponer energías antes de continuar la exploración.
Experiencias para recordar
La magia de Venecia está en sus detalles: un atardecer visto desde la Riva degli Schiavoni, un concierto en el Teatro La Fenice o una caminata nocturna por sus calles desiertas. También puedes visitar el barrio judío, uno de los más antiguos del mundo, y sumergirte en su historia.
Y si buscas llevarte un recuerdo, el vidrio de Murano, los encajes de Burano o una máscara veneciana son elecciones perfectas para capturar un pedazo de esta ciudad incomparable.
Venecia sin prisas
Para disfrutar de Venecia como se merece, lo mejor es tomarse el tiempo de recorrerla sin un plan estricto. Lejos de las rutas turísticas más trilladas, sus rincones ocultos regalan momentos inolvidables. Cada puente, cada plaza, cada reflejo en el agua cuenta una historia que merece ser descubierta sin prisa.
Venecia no es solo un destino, es una experiencia. Y una vez que la vives, una parte de ella se queda contigo para siempre.
¡Buon viaggio!