Testimonios

Relatos maravillosos de viajes increíbles

En el año de gracia de mil quinientos treinta y siete, nuestra amiga Clara, joven de nobleza y espíritu inquieto, decidió emprender viaje desde su villa natal en el reino de Suecia, a la famosa ciudad de Sevilla, cuyas murallas guardaban secretos de tiempos gloriosos y promesas de nuevas aventuras.

Sevilla, por aquellos días, se hallaba en pleno auge imperial, y no había puerto ni comercio que no tocara sus tierras. Mas, en su ánimo de descubrir lo oculto tras el brillo del oro y la fama, Clara buscaba algo más que los dorados salones y las ricas plazas: ella deseaba conocer los rincones que no se mostraban a los ojos de todos, aquellos donde el alma de la ciudad respiraba con mayor libertad.

 

Panorámica de la torre Eiffel, junto al Sena.

París es conocida como la ciudad del amor. Su majestuosa catedral de Notre Dame ofrece una visión incomparable del arte gótico. Pasear por la orilla del río Sena o disfrutar de una cena en el barrio Latino, es una escapada al alcance de todos los aventureros.