
El cine negro, o film noir, es un género identificado por la crítica francesa que destaca por su estética de claroscuros y su enfoque en los aspectos oscuros de la sociedad.
Influenciado por el realismo americano y el expresionismo alemán, retrata de forma cruda o simbólica la naturaleza sombría del ser humano.
Sus historias suelen girar en torno a un antihéroe que opera al margen de la ley y el poder, en un mundo marcado por la ambigüedad moral, la violencia y la muerte. Es un género adulto que genera inquietud en el espectador mediante técnicas como los flashbacks y la narración en primera persona.
Las mujeres en el cine negro suelen ser figuras transgresoras y peligrosas, reflejo de una cultura misógina, aunque su protagonismo ha desafiado la visión tradicional del héroe masculino.
el cine ha mostrado a la mujer como objeto de deseo, construida para las fantasías masculinas y representada mediante conceptos psicoanalíticos como el fetichismo, el voyerismo y el placer escópico. Aunque estas teorías han sido cuestionadas por su escasa utilidad actual, han influido en el análisis de los personajes femeninos del cine negro.
En este género, la mujer dominante puede ser vista como una amenaza al orden patriarcal, por lo que suele ser castigada o reducida a un objeto tranquilizador. Este fenómeno se refleja en los arquetipos femeninos del cine negro:
Femme fatale: Ambigua, seductora y manipuladora. Representa peligro y deseo, pero aunque rompe con la pasividad tradicional, no propone una verdadera liberación femenina, sino que refuerza la ideología patriarcal.
Mujer nodriza: Esposa o novia del protagonista, representa el ideal tradicional de madre y compañera sumisa. Sirve de contraste con la femme fatale y funciona como modelo positivo para las espectadoras.
Víctima: Mujer pasiva, frecuentemente castigada por su conducta, a menudo atrapada en relaciones abusivas o en peligro por sus propias decisiones erróneas.
Mujer independiente: Variante entre femme fatale y nodriza, es atractiva y autónoma sin ser malvada. Personajes como Gilda representan esta figura ambigua que sugiere nuevas posibilidades, aunque todavía condicionadas por estereotipos.
El cine negro permitió visibilizar modelos femeninos diversos, y la crítica feminista ha ofrecido herramientas clave para analizar estas representaciones, promoviendo nuevas lecturas más complejas del papel de la mujer en el cine.