Visita de un día a Sorrento y Positano





Fragmento de Torna a Surriento, una de las canciones napolitanas más conocidas, compuesta en 1902 por Ernesto y Giambattista de Curtis
Mira el mar, qué hermoso es,
inspira tanto sentimiento,
como tú, que a quien miras,
despierto le haces soñar.
Mira, mira este jardín,
huele, huele estas flores de naranjo,
un perfume tan fino
que va directo al corazón.
Vide’o mare quant’è bello,
spira tantu sentimento,
Comme tu a chi tiene a’ mente,
Ca scetato ‘o faie sunnà.
Guarda gua’ chistu ciardino;
Siente, siente sciure arance:
Nu profumo accussi fino
Dinto ‘o core se ne va…
Primera parada: Sorrento.
Puedes llegar fácilmente desde Nápoles con la línea Circumvesuviana.
El Vallone dei Mulini se originó hace 37.000 años por una erupción volcánica y en la actualidad presenta este embaucador aspecto tras el abandono total de su molino y edificaciones en el siglo XX.
La parada en el barrio de Marina Grande era obligatoria para contemplar las vistas desde el muelle de la ciudad.
Tras coger el bus que parte de la estación de Sorrento y que recorre toda la costa Amalfitana, llegamos a la joya de esta visita: Positano.
Ciudad no apta para personas con movilidad reducida o problemas físicos, ya que se organiza en diferentes terrazas conectadas por infinitas escaleras. Tómate tu tiempo, descansa, y echa la vista atrás para no perderte ningún detalle de esta maravillosa localidad.
Nada mejor que terminar con un café, si no te importa gastarte algo más, aunque las vistas y la localización merecen la pena por completo.